jueves, febrero 26, 2009

RECITAL DEL GRUPO DE POESÍA DEL CÍRCULO DE BELLAS ARTES.


"DONDE YACEN LAS ÁNFORAS".

Buenas tardes a todos

Hace poco tuve oportunidad de ver una interesantísima exposición de los hallazgos hechos bajo el mar por el arqueólogo francés Franck Goddio de la antigua ciudad egipcia de Alejandría.

El sarcófago del faraón Micerinos de la IV dinastía del Antiguo Egipto yace aún en el fondo del mar tras hundirse el barco que lo transportaba. Tambien los Galeones que venían de otro mundo cargados de oro y de plata , como los barcos Fenicios, Griegos y Romanos cargados de ánforas de vino.

Donde yacen las ánforas es el lugar donde otro mundo existe quizá embriagándolas del misterio del mar a cambio del vino que vertieron en él.

El lugar donde permanecen continentes perdidos, donde espera sumergida la memoria quizá incluso de la utopía social y política que describió Platón , quizá estallada o arrasada por los maremotos de la historia.

Pero también ese seno inmenso y azul, resonante y profundo del que hablaba Paul Valery, no solo porque en su orilla estuviera el cementerio de Sête, “Le Cimetière Marin” . El cementerio marino, sino porque quizá sea la imagen absoluta del lugar donde se conserva la memoria de todos los naufragios.

La literatura ha evocado efectivamente, el mar y el naufragio. Gilberto Owen dijo
“Y luché contra el mar toda la noche, desde Homero hasta Joseph Conrad,”
Conrad decía en “El corazón de las Tinieblas” “Navegar contracorriente era como viajar hacia los más remotos comienzos del mundo”.

Cortazar. escribió en la Habana, en el 67 su Poema Naufragios en la Isla. Él hablaba de - El viaje fabuloso inmóvil en el vértigo- o -el ancla remontando con sus algas su limo- .

El fondo marino, Como lugar del cual nada regresa es una metáfora de la propia muerte. Jorge Manrique dijo: “Nuestras vidas son los ríos que van a dar a la mar,que es el morir”. La muerte ese universo vacío en donde se hunde cualquier desafío cualquier súplica. Y sin embargo donde yacen las ánforas es de un modo extraño el lugar de la memoria.

Quizá nuestra vida sea viaje y Odisea que transcurre sobre el mar porque al final el mar es siempre la metáfora. Quien no habrá naufragado ante la isla de Polifemo, de los Lestrigones, ante el amor de Calipso, ante la magia de Circe. O habrá tenido la tentación de probar el loto que produce el olvido. Y con suerte, quizá un nuevo naufragio nos haya llevado finalmente a la tierra de los Feacios y tal vez con la ayuda de los demás arribemos a Itaca.

Pero lo que existe verdaderamente existe sumergido, como es la memoria, Es cierto que la tierra encierra lo que tarde o temprano volverá a la tierra. Pero el mar… lo que oculta el mar, lo saben quizá solamente las ánforas aunque incluso para ellas haya sido imposible contabilizar todo el oleaje.

Allí donde yacen las ánforas, donde existen innumerables pecios olvidados se guarda la memoria de todos nuestros naufragios. Alli donde en definitiva, como los pólipos y las madréporas, como única forma de evocarlos, brota poco a poco veraz y subconsciente el lenguaje de la poesía.

Porque , en esa medida, y con ese procedimiento, como Thomas Stearns Elliot “No cesaremos de explorar, y el final de toda nuestra exploración será llegar a donde empezamos y conocer ese sitio por primera vez”.

Y porque "La única sabiduría que podemos esperar adquirir es la sabiduría de la humildad". Porque al final todo termina bajo el mar.
Alfredo Piquer Garzón Feb. 09