sábado, noviembre 20, 2010

RECITAL DEL GRUPO DE POESÍA DEL AULA DE ENCUENTROS EN EL CÍRCULO DE BELLAS ARTES - "ESTA LLUVIA ENCENDIDA" -
24 Noviembre 2010





Presentación Recital Otoño 2010 Esta Lluvia Encendida.-

Llueve,
detrás de los cristales, llueve y llueve
sobre los chopos medio deshojados,
sobre los pardos tejados,
sobre los campos, llueve.

Buenas Tardes. Bienvenidos a este Recital de Otoño del Grupo de Poesía del Aula de Encuentros en el Círculo de Bellas Artes. Son Cuarenta y tantos, si no cerca de 50 Recitales desde el año 1998. Tendremos hoy música en el recital y quizá por eso hablaré también de canciones.
Llueve quizá más o menos este otoño, recuerdo que el otoño pasado llovió quizá mucho más que este. Y la lluvia como el viento como el mar como otros elemento de la naturaleza es la metáfora y la imagen de nuestra propia vida porque nuestra propia vida esta hondamente enraizada en el planeta, esa mota de polvo imperceptible en algún rincón del universo. Pero verán que la lluvia no siempre está sujeta, o mejor, que no todas las lluvias están sujetas a la ley de la gravedad.
Llueve y la lluvia es sinónimo e imagen de limpieza, de purificación, de catarsis.
Yo quiero recordar hoy aquí a nuestra compañera Consuelo Menendez fallecida ahora hace un año. Ella escribió:

Llueve en el parque sombrío
donde la luna te vela
y la caricia del agua
más que mojarte te besa
y no deja de llover
pero la mar no se llena

Y es que hay otra lluvia horizontal ya serenada siempre presente, perenne que es el mar, y que si lo piensan es el punto de inflexión, la articulación entre las estrellas y nosotros mismos.

Parece que cuando llueve se acalle momentáneamente todo el ruido, como si la propia lluvia reclamase el silencio del mundo, el silencio original del mundo.
La lluvia suena cuando golpea sobre la tierra el asfalto o los cristales, suena en los caños pero en el aire es silenciosa, es silenciosa como la luz…

Hace años , sin embargo, dijimos lluvia encendida porque allá por los años 60 sobre la selva de Vietnam caía Napalm. Dijimos hace años, aunque todo ello podríamos decirlo ahora, lluvia encendida, cuando en los 60, los ensayos nucleares sobre tierra arrojaban a la atmósfera cantidades de –Estroncio 90- , que arrastrado por la lluvia regaba la tierra , se absorbía por la hierba y a su vez ésta era pasto de las vacas cuya leche alimentaba a los niños.
Malvina Reynolds escribió una hermosa letra que cantó Joan Baez y algunos otros y que decía:
Sólo un niño de pie bajo la lluvia,
La suave lluvia que cae desde hace años.
Y la hierba se ha ido,
El niño desaparece,
Y la lluvia sigue cayendo como lágrimas impotentes,
¿ qué le han hecho a la lluvia?
Poco antes de la Crisis de los misiles de Cuba, en octubre de 1962, generado a raíz del descubrimiento por parte de Estados Unidos de bases de misiles nucleares soviéticos en territorio cubano, el cantante estadounidense Bob Dylan compuso una canción cuyo título decía precisamente : Una fuerte lluvia va a caer o en un giro mucho más castellano y coloquial como tradujo Pablo Guerrero: Va a llover a Cántaros. Y de todas maneras, el significado de los versos de Dylan ha permanecido vigente a lo largo del tiempo
Decía su primera estrofa: (en una muy mala traducción por mi parte)
Oh, ¿dónde has estado, hijo de ojos azules?
¿dónde has estado mi joven querido?
He tropezado con la ladera de doce brumosas montañas
He andado y me he arrastrado en seis autopistas curvadas
Me he metido en el medio de siete bosques sombríos
He estado al frente de una docena de océanos muertos
Me he adentrado diez mil millas en la boca de un cementerio
y una fuerte, fuerte lluvia va a caer

Así ha sido en Colombia o en Sudeste de Asia, en Madeira, en Haiti, en Cuba, en China o En Pakistan porque la lluvia es gota a gota: inundación, riada , avalancha, desastre y muerte.
Tambien el cantante Demis Roussos decía en su canción Rain and tears:
Lluvia y lágrimas es lo mismo,
pero es en el sol
donde tienes que jugar el juego.
Y el “Replicante” Nexus 6, Roy Batty de la película de Ridley Scott Blade Runner en una frase que se ha convertido ya casi en lugar común:

“He visto cosas que vosotros no creeríais:
atacar naves en llamas mas allá de Orión,
he visto rayos D brillar en la oscuridad cerca de la puerta de Danhauser.
Todos esos momentos se perderán en el tiempo como lagrimas en la lluvia.

…Sin embargo sabed
que entre la lluvia
hay un sonido húmedo y sordo
de embestida total que socava la entereza de algo
hay una mano que nos está cambiando de sitio el corazón
y hay un latido que se empapa de lluvia
y hay una carne tensa que se está haciendo vegetal
que se redime de ser carne y que llueve

Como ha dicho Luis Rosales que tenía una Casa encendida
Y todo allí sigue diciéndose mientras llueve porque
…la sustancia del alma es la palabra;
la palabra donde todas las cosas extensas y reales
se encienden mutuamente y de nosotros,
se encienden mutuamente y conviviéndose desvarían
lo mismo que un espejo, que algunas veces
cuando lo quiere dios,
tiene unas décimas de fiebre,
porque todo es distinto y tu lo sabes.

Porque es verdad que hay otras lluvias también encendidas, que no son la lluvia ácida de las pruebas nucleares ni de la amenaza de la guerra atómica. Hay lluvias nocturnas y bulliciosas encendidas de colores en las fiestas. Y en las noches estivales de cielos cuajados de galaxias hay lluvias de meteoritos que se llevan en su viaje fugaz nuestros deseos jamás realizados. Hay lluvias de notas de órgano, quizá de una fuga barroca, inundando solemnes las naves de la catedral.

Llueven las palabras como chispas dentro de los poemas, como si fuese el rescoldo de la hoguera , repartiendo sus cenizas encendidas alrededor. Esta misma tarde dirá aquí Cristina Cocca:
Que esta lluvia
Viene desde la médula
quemante del crepúsculo,
desde la combustión
febril de las antorchas.

Y ha dicho Pablo García Baena

La lluvia enciende por la noche leves,
pequeñas rosas líquidas, brillantes,
brinquiños diminutos sobre el pétalo
de la otra rosa, reina , raso , lumbre…

Recuerdo otra canción de un grupo de los 70 que se llamaban algo así como: Creencia en la resurrección por el Agua, Credence Clearwater Revival que decía:
Alguien me dijo,
Que hay una calma antes de la tormenta,
Ha venido aquí desde hace tiempo,
Cuando se acaba, entonces dicen, lloverá en un día soleado,
Ya sé,
Brillando como agua...
Alguna vez has visto la lluvia?


Pero es otoño efectivamente, y las hojas caídas muestran ese último fulgor oculto, de ocres de rojos y amarillos como lluvia encendida que nos sugiere también silenciosa la reflexión sobre el tiempo , porque el tiempo es ese tren que contaba Jose María Garrido que pasados los años conducimos cada vez a más velocidad y explicaba Miguel Hernández que otra lluvia encendida es la sangre;

… que llueve siempre boca arriba, hacia el cielo.
Y las heridas suenan, igual que caracolas,
cuando hay en las heridas celeridad de vuelo,
esencia de las olas.

La sangre huele a mar, sabe a mar y a bodega.
La bodega del mar, del vino bravo, estalla
allí donde el herido palpitante se anega,
y florece, y se halla.

Que el tiempo cura las heridas es posible pero deja una herida sin embargo mucho mayor, una herida absoluta
Y a pesar de ello decía también Miguel Hernández:
Mi vida es una herida de juventud dichosa.
¡Ay de quien no esté herido, de quien jamás se siente
herido por la vida, ni en la vida reposa
herido alegremente!
Toda esta herida nos atañe. Nos atañe toda esta lluvia encendida.
Con palabra de Evaristo Cadenas y si él me permite que le destroce un poco su poema quiero decirles:
Quédense hasta el final de la jornada
y den tiempo a que coloquemos las cosas
y podamos celebrar nuestra proximidad.
No se alejen de lo real aunque sea oscuro.
Al amanecer, regresaremos con la luz.
………….
Muchas gracias