lunes, julio 30, 2007


CITY LIGHTS


La foto de City Lights de Ch. Chaplin "inspiró" el poema. En mi desconocimiento de la biografía de Chaplin recordaba solamente el nombre de una de sus actrices emblema: Edna Purviance, y le atribuí sin pensarlo la imagen. Pero no es ella. Se trata en realidad de Virginia Cherrill que en la época del rodaje de "Luces de la Ciudad" tenía 20 años. Se ha dicho de ella:


“…Pour le rôle de l’aveugle, il avait choisi une jeune femme de bonne famille de Chicago, récemment divorcée, Virginia Cherrill, âgée de vingt ans. L’inexpérience n’était jamais un handicap aux yeux de Chaplin; il voulait simplement des acteurs qui suivent ses instructions. Il fut impressionné par la faculté qu’avait Virginia de se faire passer pour aveugle. Il raconte qu’il lui avait conseillé « de regarder vers l’intérieur et de ne pas [le] voir ».
Ce ne fut pas une collaboration facile. Virginia est la seule de ses interprètes avec laquelle Chaplin ne put jamais établir un lien de sympathie. Plus de cinquante ans après, elle devait déclarer : « Charlie ne m’a jamais aimée, et je n’ai jamais aimé Charlie…”

http://www.charliechaplin.com/en/articles/20



Pero no importa. Mi homenaje puede ser , por tanto, para Edna o para Virginia. El sentido del poema será el mismo. Y una canción de fondo: "Il cielo in una stanza"

Una flor para tí.


Una flor para ti, Edna Purviance
Sostenida entre el pulgar y el índice
Que me llevo a los labios, ocultando
La angustia y la esperanza.
Una flor para ti, Edna Purviance
y el añadido piano a la mudez ajada
del rancio celuloide del tiempo ya perdido,
mientras suena una armónica
y el cielo puede abrirse en esta estancia.

Tus labios están mudos Edna Purviance
Como esta antigua cinta aún sin banda sonora
Y en mi mueca ridícula de Chaplin
Se asoma para siempre el llanto que suscita
Callada , tu respuesta
Mientras la luz amarillenta del proyector vetusto
Abrasa poco a poco
El quieto fotograma que ha enganchado sus dientes
Al preciso engranaje de la vida imparable
(aunque dentro del alma algunas voces hondas
protestan debilmente)

Pero cuando me miras
Palidecen las luces de la ciudad, Edna Purviance
Y estos tiempos modernos se detienen
Y el cielo puede abrirse para ti y para mí
En esta oscura estancia
Que no tiene ya techo ni paredes.
Una flor para ti, Edna Purviance
Que deshoja sus pétalos
Mientras suena la armónica
Y el fotograma fijo de la vieja película
Se quema irremediable sobre la quieta lágrima
Que asoma en mi pupila
Y tus labios ya siempre enmudecidos,
Edna Purviance.


1 comentario:

Evaristo Cadenas dijo...

Esto no se hace. Tienes el blog que siempre quise. Sabes poner fotos, sabes poner enlaces, sabes tanto que me das envidia (sana, que conste). Pues mi más sincera enhorabuena y adelante con esta maravilla. Pasaré por aquí para aprender y aprehender. Un abrazo y ¡Salve Poeta y Artista!. Evaristo Cadenas.